¿Cómo responderán las aseguradoras españolas a los desafíos de la nueva Directiva de productos defectuosos?
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Legal Development 18 December 2024 18 December 2024
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UK & Europe
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Regulatory movement
La responsabilidad por productos defectuosos entra en una nueva era. El marco legal ha cambiado, y con él, las reglas del juego para el sector asegurador. La Directiva 2024/2853 introduce un nuevo estándar de responsabilidad que afecta no solo a productos físicos, sino también a bienes intangibles como el software o las cadenas de suministro complejas.
El 18 de noviembre de 2024, se publicó la Directiva 2024/2853 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 23 de octubre de 2024, sobre responsabilidad por daños causados por productos defectuosos, que derogará y sustituirá a la de 1985.
Esta nueva Directiva, que será aplicable a los productos introducidos en el mercado o puestos en servicio a partir del 9 de diciembre de 2026, persigue modernizar el régimen de productos defectuosos vigente, adaptando el marco legal a los nuevos desafíos derivados de la innovación tecnológica, tales como la inteligencia artificial, las criptomonedas y las complejas cadenas de suministro internacionales.
Una de las principales novedades es la ampliación del concepto de “producto”, que incluye bienes intangibles como los archivos de fabricación digital y el software.
También se amplía el elenco de sujetos responsables dentro de la cadena de suministro. La normativa incluye a programadores y operadores que modifiquen productos después de su comercialización, así como a representantes autorizados, prestadores de servicios logísticos e incluso plataformas en línea que faciliten contratos a distancia. Este cambio busca garantizar que los consumidores puedan identificar un responsable, incluso cuando se trata de productos ensamblados a partir de piezas de varios proveedores.
Asimismo, la Directiva introduce, junto con la compensación de los daños materiales y personales, la indemnización de nuevos conceptos como los perjuicios psicológicos reconocidos médicamente y la destrucción o corrupción de datos personales no destinados a uso profesional.
Para facilitar la prueba del perjudicado, se incorpora un novedoso régimen de presunciones, bajo el cual se presume el carácter defectuoso del producto en determinadas situaciones. Por ejemplo, cuando el demandado no proporcione la información requerida o cuando el daño sea causado por un mal funcionamiento del producto durante su uso razonable.
Ante este escenario, el sector asegurador enfrenta desafíos. Las aseguradoras deberán revisar las coberturas de responsabilidad civil para adaptarlas a los riesgos derivados de productos digitales y tecnológicos, además de analizar el impacto económico de los nuevos conceptos indemnizables, así como el previsible aumento de la litigiosidad en materia de responsabilidad por productos defectuosos. Esto implicará ajustar las primas, redefinir exclusiones y evaluar la capacidad de cobertura.
Pero también se presentan oportunidades. La creciente demanda de coberturas específicas para riesgos digitales y tecnológicos abre la puerta a productos innovadores y la especialización en el análisis de riesgos tecnológicos puede posicionar al sector asegurador español como líder en Europa. El éxito dependerá de la capacidad del sector para anticiparse a estos cambios y aprovechar las oportunidades.
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